Los choferes de dos cooperativas de taxis crearon “minijardines” en los techos de sus vehículos esta semana usando bolsas de basura negras de plástico y ramas de bambú para contener la tierra. Plantaron tomates, pepinos y frijoles, entre otras cosas.
El resultado hace que los estacionamientos parezcan más bien una exhibición de arte. Y esa es parcialmente la intención: Llamar la atención a los padecimientos de los choferes y las empresas de taxis, que han sido muy golpeados por las restricciones a los movimientos asociadas con la pandemia.
Las cooperativas Ratchapruk y Bovorn Taxi tienen apenas 500 vehículos en las calles de Bangkok y 2.500 parados, según el ejecutivo Thapakorn Assawalertkul.
Las calles de la ciudad estaban muertas hasta hace poco y los choferes casi no tenían clientes. Muchos no pueden absorber los gastos diarios ahora, por más que los alquileres de los vehículos hayan sido reducidos a la mitad, a 300 bahts (unos nueve dólares), expresó Thapakorn. Por ello hay cantidades de autos en los estacionamientos.
Algunos choferes directamente devolvieron los autos y se marcharon a sus pueblos en el interior. Muchos volvieron a trabajar durante un segundo brote del virus, por necesidad.
“Hubo choferes que dejaron sus autos en gasolineras y nos llamaron para que los fuésemos a recoger”, cuenta Thapakorn.
Los nuevos brotes del virus de este año, agregó, tuvieron un “efecto devastador” en las cooperativas, ya que miles de choferes entregaron sus vehículos.
Tailandia registró casi 15.000 infecciones diarias en los últimos días, tras llegar a 23.000 a mediados de agosto. El actual brote ha sido el más mortal. En total, Tailandia tiene 1,4 millones de infecciones confirmadas y 14.000 muertos.
El estado de cosas deja a las empresas de taxis en una situación muy comprometida, con problemas para pagar las cuotas por la compra de autos. Thapakorn dice que las cooperativas de Ratchapruk y Bovorn deben unos 2.000 millones de bahts, o 60 millones de dólares. El gobierno por ahora no ha ofrecido ayuda.
“Si no nos ayudan pronto, tendremos muchos problemas”, dijo Thapakorn a la Associated Press.
Los “jardines” de los techos de los autos no generan dinero alguno.
“Son más bien un acto de protesta y una forma de alimentar al personal durante estos tiempos duros”, dijo Thapakorn. “Tailandia soportó agitación política por muchos años y una gran inundación en el 2011, pero las cosas nunca estuvieron tan mal”.
Las cooperativas pidieron a los choferes que acepten una reducción de sus sueldos. Los choferes se turnan para atender las plantas.