Tras ganar el premio, el hombre, actualmente de 67 años, optó por no compartir la noticia con su familia por miedo a que su hermana le obligara a donar la mitad del dinero a su iglesia. A lo largo de los años, guardó la apariencia de no tener ingresos adicionales, por lo que no daba dinero a la caridad ni a sus amigos.
En su misiva, el hombre expresó asimismo la esperanza de que su hermana no sepa dónde vive y reveló que no mantiene el contacto con ella por las “cosas horribles” que la mujer intentó hacer a sus padres en el pasado.
Ahora, lejos de su hermana, el afortunado ganador asegura que se siente muy satisfecho con su vida y está acostumbrado a no gastar dinero.