Este análisis se inició en el 2018, cuando un hombre solicitó hacer un estudio ya que dudaba del parentesco de uno de los pequeños. Para desarrollar esta prueba de paternidad, los expertos se basaron en el panel de cromosoma Y, ya que ambos menores pertenecen al sexo masculino. Esta información natural «se segrega solo por la línea paterna, y lo hace en bloque de una generación a otra, nunca cambia», explicó Lilián Andrea Casas Vargas, doctora en Ciencias y Biología.
En efecto, los hijos biológicos suelen tener indicadores idénticos a los del padre, algo que ocurrió solo con uno de los niños. «Con el otro se identificaron 14 de 17 no coincidencias, lo que corroboró la exclusión», detalla el comunicado académico.
Instituto de GenéticaUniversidad Nacional de Colombia (UNAL).
Frente a esta extraña situación, los especialistas decidieron repetir el trabajo, ante la duda de haber cometido algún error técnico: «Llamaron de nuevo a los usuarios, se tomaron otras muestras, se realizaron los mismos procedimientos y se confirmó el caso», se lee en el texto. La corroboración también fue reportada por la Revista Biomédica del Instituto Nacional de Salud.
La universidad definió esta situación como «un fenómeno extremadamente raro». También explicó: «Se produce cuando un segundo óvulo, liberado durante el mismo ciclo menstrual, es fertilizado por un espermatozoide de un hombre diferente en relaciones sexuales separadas».
Los expertos llaman a esta clase de casos «superfecundación heteropaternal», y no hay registros estudiados en Colombia sobre resultados similares. La magíster en Genética Humana María Luisa Judith Bravo Aguiar ya había presentado un hecho parecido, aunque no se publicó en una revista científica y tampoco se profundizó demasiado al respecto.
Por otro lado, en ese país sudamericano se realiza un promedio de 11.000 pruebas de paternidad por año. «Aunque se trata de un procedimiento sencillo, esta posee una carga emocional muy grande por el tipo de implicaciones sociales y culturales que tiene», opinó el director del grupo, William Usaquén Martínez.
«Los dictámenes de filiación dejan ver una serie de prejuicios todavía latentes en la sociedad colombiana frente a temas como la maternidad o la sexualidad», concluyó.