El concepto, acuñado por el emprendedor Michael Simmons, es muy simple: las personas exitosas siempre “reservan al menos una hora al día (o cinco horas a la semana) durante toda su carrera para actividades que pueden clasificarse como prácticas deliberadas de aprendizaje”.
Benjamín Franklin, el científico, inventor y padre fundador de Estados Unidos, famoso por su productividad y éxito, fue un pionero en la aplicación de esta regla, según Simmons. “A lo largo de la vida adulta de Ben Franklin, constantemente invirtió aproximadamente una hora al día en el aprendizaje deliberado. Llamo a esta regla de Franklin de cinco horas: una hora al día en cada día de la semana”, escribió.
“El Primer Americano”, como era apodado Franklin por su infatigable campaña por la unidad colonial, dedicaba las primeras horas de la mañana al aprendizaje. Leía y escribía, principalmente, y hasta llegó a crear un club para “artesanos y comerciantes ambiciosos con la misma mentalidad que esperaban mejorarse a sí mismos mientras impulsaban su comunidad”.
Las mentes más brillantes del mundo aplican esa regla incluso en la vida frenética de la actualidad.
Empresarios y líderes como Bill Gates, Barack Obama, Warren Buffett, Oprah Winfrey, Elon Musk y Jack Ma pasan su tiempo libre aprendiendo.
En la mayoría de los casos, la actividad a la que se dedican es la lectura.
Millonarios como Mark Cuban, dueño de los Mavericks de Dallas de la NBA, y Dan Gilbert, dueño de los Cavaliers de Cleveland, revelaron que leen entre una y tres horas diarias. Elon Musk, fundador de la empresa espacial SpaceX, aprendió todo lo que sabe sobre los cohetes leyendo. Jack Ma, fundador de Alibaba, aseguró que “en comparación con otros, es más probable que los lectores conozcan otras estrategias y tácticas de otras industrias“. Bill Gates afirmó: “Leer es una de las principales formas en que aprendo, y lo ha sido desde que era un niño”. Y Obama, por su parte, agradeció a los libros su ayuda para “sobrevivir a su presidencia”.
Otros aplican la regla de las cinco horas en actividades distintas a la lectura, aunque siempre con el objetivo de mejorar su aprendizaje.
El fundador y CEO de Twitter Jack Dorsey y el CEO de LinkedIn Jeff Weiner son conocidos por tomarse un tiempo durante el día para reflexionar y meditar, algo que los ayuda a tomar mejores decisiones en sus negocios.
Además de leer y reflexionar, esas 5 horas también pueden usarse para experimentar. De hecho, Jack Ma destacó la importancia de esa actividad porque permite llevar el conocimiento aprendido a la vida real y a los negocios. La ventaja es que los experimentos muestran lo que está funcionando, permitiendo aprender de los errores. Además, la experimentación no consume tanto tiempo
No se trata sólo de anecdótica. Numerosos estudios respaldan la eficacia de los hábitos adoptados por estos millonarios y líderes. Thomas Corley, autor del libro “Hábitos ricos: los hábitos de éxito diarios de las personas adineradas”, analizó durante cinco años las rutinas de más de 200 millonarios de todo el mundo y halló, por ejemplo, que no ven televisión. En cambio, un 86% sí afirmó pasar el tiempo leyendo y no solo por diversión. Además, el 63% indicó que escucharon audiolibros durante el viaje diario de la mañana a la oficina. Resultados que no dejan dudas: el aprendizaje continúo es la clave del éxito.