Los investigadores realizaron experimentos sociales en monos y perros y encontraron que estas especies no humanas pueden evaluar a terceras personas según su comportamiento. Para probar qué tan capaces son los caninos para detectar cuando una persona tiene una actitud negativa, realizaron un experimento en el que el dueño de un perro intentaba abrir un contenedor mientras la mascota observaba. Dos personas desconocidas se acercaban al dueño, una de ellas le ofrecía ayuda y la otra se negaba.
Posteriormente, los dos desconocidos le ofrecieron un bocadillo al perro y, en general, el perro aceptó el premio de la persona que ayudó a su dueño, pero rechazó la de quien se negó a ayudar. Los investigadores explican que si una persona muestra comportamientos antisociales los animales pueden exponer una reacción emocional.
Especialmente en el caso de los perros, su convivencia tan cercana y prolongada con los humanos les ha dado la capacidad de evolucionar para desarrollar una gran sensibilidad hacia nuestros comportamientos.
El estudio, publicado en Neuroscience & Biobehavioral Reviews, señala que esta capacidad de evaluación social también se da entre los niños pequeños, que “reaccionan negativamente a los agentes que muestran intenciones dañinas hacia los demás y hacia aquellos que se comportan de manera injusta”.
Así que la próxima vez que tu perro parezca desconfiar de una persona, quizá quieras hacerle caso a tu mascota.