Un error de calendario explicaría todo. Según diversos artículos de internet, cuando cambiamos el uso del calendario juliano por el gregoriano, se eliminaron 11 días para hacerlos coincidir. Al multiplicar esos 11 días por 268 años que tenemos usando el actual calendario, el resultado es de 2,948 días, lo que representa una resta de ocho años que supuestamente fueron retirados. Es decir que, según esta teoría, en el calendario juliano vivimos actualmente el año 2012, y no el 2020.
Según los seguidores de esta hipótesis, esta circunstancia explicaría por qué el mundo no terminó el 21 de diciembre de 2012 y por qué este año sí se cumpliría la supuesta profecía. Los tiempos difíciles que vivimos con pandemia de coronavirus, plagas de insectos y protestas violentas en diferentes partes del mundo, alimentan la visión de que el fin del mundo estaría cerca.
No obstante, hay que tomar con recelo estas suposiciones, especialmente cuando las redes sociales muchas veces difunden información sin sustento científico y porque está visto que son muchas las teorías del fin del mundo que, afortunadamente, han resultado falsas.