Según nos cuenta, James McGraw y su esposa Kelly, ambos británicos, llevan juntos más de 24 años y en todo ese tiempo el humor nunca ha faltado en sus vidas. Sin embargo, con el paso del tiempo, las bromas entre ambos han subido, por decirlo así, de nivel y han traspasado ciertos límites.Recientemente, Kelly le hizo un corte de pelo muy peculiar a su marido y él decidió vengarse tatuándose en el muslo una foto de su mujer. Todo bien por ahora.
Muchos pensarán que es un acto de amor elogiable el tatuarse una imagen de uno de sus seres más queridos.
No obstante, James no se tatuó la imagen más favorecedora de su amada, sino todo lo contrario. Buscó en su móvil la instantánea más ridícula y embarazosa que tenía de Kelly (en la que estaba roncando durante un viaje, y se la llevó a su tatuador para que la inmortalizara en su piel.
"No entiendo por qué se enoja… a todo el mundo parece gustarle", declaró el bromista en Facebook.
En la imagen, tomada durante un vuelo, se puede ver a Kelly completamente dormida, escuchando música con unos auriculares, con la boca abierta, con papada y a su esposo burlándose de ella. Aparte del tatuaje, James publicó la foto en Facebook señalando: "No entiendo por qué se enoja… a todo el mundo parece gustarle".
A Kelly, por el contrario, no le ha hecho demasiada gracia la broma de su esposo y ha señalado que había ido demasiado lejos y se había pasado de la raya. A pesar de ello, ha admitido que seguirán juntos y ya se encuentra planeando la próxima jugarreta para su marido, algo que deberá ser muy trabajado para superar la burla de su marido.