Un testimonio recogido por la BBC revela el día a día de esta mujer, que parece una eterna batalla.
"La reacción me hace sentir como si acabara de correr una maratón. Me siento agotada y tengo que tomar asiento por un buen rato", explica Rachel.
La gravedad de su enfermedad es tal, que tampoco se permite sudar. Su mal es conocido en la medicina como urticaria acuagénica y equivale a una comezón de varias plantas de ortigas venenosas.
A esto se le suman síntomas similares a la alergia al polen (picor en la nariz, en los ojos y estornudos).
A Rachel les diagnosticaron esta afección a los 12 años. Desde entonces no puede lavar los platos ni la ropa, y siempre evitar hacer ejercicios. Pese a esto, ella considera que debe bañarse, por lo que lo hace una vez a la semana con la ayuda de una esponja o un trapo húmedo.
¿En qué consiste la alergia al agua?
Los científicos explican que esta enfermedad no es una alergia como tal. Aún no se conoce con exactitud cómo actúa, pero es probable que sea provocada por una reacción inmune a algo dentro del cuerpo, recoge BBC.
Marcu Maurer, dermatólogo y fundador del Centro Europeo de Investigación de las Alergias en Alemania, explica que es un mal que puede cambiar la vida de la persona que la padece.