La madre se ha declarado culpable durante el juicio, y ha sido condenada a seis años de cárcel, a pesar de que la Fiscalía pedía para ella la sentencia máxima, que era 20 años, según ha informado el Star Telegram. Durante ocho años esta madre lesionó a su hijo para acudir 323 veces al médico y someterle a 13 operaciones innecesarias.
El padre del pequeño, Ryan Crawford, llevaba años denunciando los hechos, pero la justicia siempre daba la razón a Kaylene. Incluso en una ocasión la justicia le prohibió al propio padre visitar a su hijo al no creer su testimonio. Al final un juez le creyó, y en 2017 retiró la custodia del menor y otros dos hermanos a la madre.
La lucha de este padre fue incesante. Durante años intentó probar que la madre se inventaba, incluso lesionaba a su hijo, para que fuera intervenido quirúrgicamente. Se convirtió en un investigador y comenzó a recopilar datos de registros médicos de los hospitales que visitó su hijo para mostrar que estaba completamente sano.
Tras una ardua investigación, Crawford descubrió un caso de otra madre que padecía del síndrome de Munchausen, y supo que eso le pasaba a Bowen. Esta enfermedad mental es una forma de maltrato infantil. El cuidador del niño, con frecuencia la madre, inventa síntomas falsos o provoca síntomas reales para que parezca que el niño está enfermo y cuidarle.
Ryan Crawford lamenta que ningún médico, juez o trabajador social que analizó este caso no le creyera durante años. Ahora se muestra contento con la sentencia: "Me alegra que un juez haya podido defender a Christopher. El abuso médico es algo que es muy difícil de entender porque es difícil de entender que una madre pueda hacerle esto a su hijo".
Al final la justicia le ha dado la razón. Crawford se ha quedado con la custodia de su hijo y a Kaylene Bowen se le permite visitar a su hijo siempre que sea supervisada. El niño ahora tiene 10 años y está perfectamente sano, pero tiene que ir al médico a hacerse exámenes cada año.