Cinco años después, Jim se enteró que los restos de su madre fueron utilizados en una prueba de explosivos realizada por un contratista del Pentágono. Los detalles pueden herir susceptibilidades: el cuerpo fue atado a una silla y una bomba fue detonada debajo para simular qué pasa con el cuerpo humano cuando un auto pasa debajo de un artefacto explosivo improvisado.
Stauffer se unió a una demanda colectiva contra BRC, el centro que supuestamente iba a destinar el cuerpo a estudios sobre la pérdida de memoria.
Un portavoz del pentágono indicó a Reuters que una empresa contratada por el Ejército estadounidense usó el cuerpo bajo falsas pretensiones, asegurando que la familia había autorizado su uso en ese tipo de prueba.