La mujer, de origen chino, se presentó en el concesionario con 66 sacos cargados de dinero en total: más de una tonelada en cobre para pagar un Volkswagen Passat, informó ‘Cangzhou Daily‘.
La compradora entregó 131.492 monedas por valor de un yuan. El resto lo abonó a través de una transferencia.
Para contar el dinero se utilizaron 17 empleados que estuvieron sumando durante tres días.
La mujer aseguró que las monedas provenían de las propinas que los comensales dejaban en un restaurante de su propiedad y que ha acumulado durante 10 años.