El brasileño Leandro Martins, que en 2013 viajó en bicicleta desde Holanda a China en un recorrido de 14.000 kilómetros en el que pasó por 18 países de Europa, África y Asia, se prepara desde hace dos años para convertirse en el primer ciclista del mundo en atravesar la Antártida de costa a costa.
Se trata de un recorrido menor, unos 1.800 kilómetros en un plazo previsto de 55 días, pero en condiciones totalmente extremas debido a que tendrá que pedalear en el hielo, bajo temperaturas que varían desde -10 °C hasta -40 °C y contra vientos polares que pueden llegar a 100 kilómetros por hora.
La idea es completar el recorrido realizado por el estadounidense Daniel Burton, quien viene ayudando al brasileño en los entrenamientos y en la preparación.
En 2014, Burton pedaleó 1.247 kilómetros entre la costa occidental de la Antártida y el Polo Sur geográfico, pero le faltó llegar hasta la otra costa.
"Me conmovió mucho el desenlace de la expedición de Henry Worsley (el militar y explorador británico que murió al intentar atravesar la Antártida en trineo en 2016). Él era un gran explorador y vivió una vida de aventuras, pero yo nunca tuve ninguna relación con trineos ni con la Antártida", dijo en entrevista con Efe el ciclista brasileño al ser interrogado sobre el origen de la idea.
"Cuando me enteré que Daniel Burton había pedaleado hasta el Polo Sur surgió en mí el deseo de experimentar algo tan increíble", agregó el ciclista de 35 años, que actualmente trabaja como profesor de inglés en una guardería en China.
Martins explicó que planea intentar la aventura en la próxima primavera austral (hacia noviembre), cuando las "temperaturas son más amenas", comenzando por la Plataforma de Hielo Ross, pasando por el Polo Sul y concluyendo en el Hércules Inlet, en la otra costa.
"Las temperaturas varían entre -10 °C en la costa y -40 °C en el centro del continente. Los vientos son una constante y pueden superar los 100 kilómetros por hora. En el recorrido hasta el Polo Sur (600 kilómetros y hasta 3.000 metros de altura) pedalearé contra el viento y en la bajada a Hérculos Inlet (1.200 kilómetros) con el viento a favor", explicó.
Como apoyo logístico contará con el respaldo de la compañía ALE, una operadora privada que ofrece viajes a la Antártida y con la que contrató el vuelo desde el sur de Chile hasta el continente blanco y un sistema de vigilancia de 24 horas por día y 7 días a la semana en caso de cualquier emergencia.
Para cargar los 130 kilos de equipos y alimentos necesarios para los 55 días de travesía, será escoltado en un todoterreno por un equipo de apoyo que incluirá a sus actuales preparadores, entre los cuales Hannah McKeand, la primera esquiadora en llegar al Polo Sur, y la especialista en nutrición para deportes extremos Mia Ballenden.
"Ya hice entrenamientos en ciclismo polar en diferentes regiones durante los inviernos pasados y actualmente pedaleo 100 kilómetros por día dos veces por semana y sigo un programa de condicionamiento que se intensificará a medida que la expedición se aproxime", dijo.
"En los dos últimos años participé en entrenamientos y expediciones en regiones con temperaturas y condiciones semejantes a las de la Antártida. Estuve en el norte de China y en Rusia; hice un entrenamiento polar con profesionales en Noruega y crucé en solitario el lago Baikal, en Siberia, en donde por 10 días enfrenté temperaturas de -30 °C", agregó.
Según el brasileño, en todos estos entrenamientos acampó en el hielo, derritió nieve para cocinar y mantuvo una rutina muy próxima a la que tendrá en la Antártida.
Martins se dice en condiciones de pedalear entre 10 y 12 horas por día, más que las 8 horas diarias del viaje que emprendió en 2013 desde Holanda hasta China.
"Las personas con que vengo trabajando consideran que el proyecto es viable. El viaje ya fue aprobado por los profesionales de la logística, que confían mucho en el éxito. También cuento con la ayuda de Burton, quien vino a visitarme a Shanghái (donde reside actualmente) para ayudarme en la planificación", dijo.
Martins, que intentó realizar su aventura a finales de 2018 pero tuvo que aplazar el proyecto por falta de financiación, asegura que el costo del soporte logístico en el lugar más aislado del planeta encarece mucho la aventura, por lo que nuevamente depende de patrocinadores, a los que piensa atraer con promoción en la página en internet en que relata todo el proyecto (www.laoshibybike.com).
Igualmente, planea atraer patrocinadores con su decisión de usar el proyecto para recaudar fondos para las actividades de Unicef en Brasil y Mozambique, para lo que usará plataformas como Virgin Money Giving.
"Se trata de una práctica común en este tipo de proyecto y ayuda a movilizar seguidores", concluyó.