Todos los intentos para que McLemore depusiera su actitud habían resultado infructuosos, hasta el punto que el individuo había asegurado que tenía una pistola y la usaría antes que volver a la cárcel.
Pero uno de los negociadores, tras horas de diálogo inútil, le convenció de que abandonara el cuarto donde estaba y se entregara con la promesa de un trozo de pizza.
Y justo en el momento en que salía, los agentes de las fuerzas del orden le redujeron.
McLemore, con antecedentes penales y una orden de arresto previa por acoso agravado, fue detenido y acusado de los delitos de “resistencia a la autoridad sin violencia y acoso agravado” a un familiar.
El hombre, que durante su atrincheramiento cantaba letras del grupo Coldplay y lanzaba amenazas, fue internado en una cárcel del condado de Escambia y se le impuso una fianza de $6,000 dólares.