Según las autoridades locales, la medida trata de "proteger la seguridad y la salud de los ciudadanos", ya que en la ciudad se han registrado varios casos de perros que han atacado a humanos. Asimismo, la nueva normativa prohibirá tener como mascotas a perros de estatura mayor a 45 centímetros o a razas consideradas en China "feroces" como los bulldogs o los molosos.
Esta no es la primera ciudad china que toma medidas restrictivas en materia canina: la capital de la provincia suroriental de Hunan, Changsha, introdujo una normativa similar este año. Otras importantes localidades como Chengdu (centro) y Hangzhou (este) han optado por restringir la posesión de perros a una corta lista de razas permitidas.
El país asiático está llevando a cabo una campaña contra el "comportamiento irresponsable" de los dueños de animales domésticos.
Aunque en China los dueños de mascotas deben vacunarlas y pagar una licencia anual que puede costar más de 2.000 yuanes (288 dólares, 252 euros), buena parte de ellos no registra a sus animales, lo que conlleva en muchas ocasiones que sean sacrificados por las autoridades.
Pese a esto, la industria de las mascotas está en alza en China: un informe publicado a principios de noviembre por el portal especializado Goumin apuntó que, en 2018, solamente en lo relacionado con perros y gatos el gasto crecerá un 27 % hasta alcanzar los 170.000 millones de yuanes (24.511 millones de dólares, 21.423 millones de euros).