Hace unas semanas contábamos que las estadísticas indicaban que, ante la posibilidad de ganar el sorteo más grande de la historia de la lotería de Estados Unidos, las matemáticas lo tenían claro: lo mejor era comprar al menos un boleto.
Lo que las matemáticas no contemplaban era que, de salir un ganador con un montante tan tremendo, nadie acudiría a por el botín en cuestión de horas. Ya van 22 días sin ganador conocido, y hay una fecha límite para reclamar el dinero. Según ha explicado Seth Elkin, un portavoz de la Lotería y Juegos de Maryland:
La identidad de la persona que compró el boleto en un KC Mart en Simpsonville, Carolina del Sur, aún es un misterio, no se ha presentado.
El ganador tiene 180 días, hasta el 21 de abril, para recoger el premio, de acuerdo con las reglas de Mega Millions. Si el ganador no reclama el dinero, podría volver al bote de premios del juego o entregarse a los programas y planes de desarrollo de Carolina del Sur financiados por las ganancias de Mega Millions.
Tony Cooper, el director de operaciones de la Lotería de Carolina del Sur, le explicó a ABC News que el ganador de un premio de este calibre debería firmar el reverso del boleto de la lotería, guardarlo en un lugar seguro y buscar asesoramiento financiero.
Es posible que sea eso lo que está ocurriendo, que el ganador no quiere dar un paso en falso y se está asesorando legalmente antes de aparecer en escena. Por cierto, aunque el montante eran esos 1.500 millones de dólares, en realidad debe elegir entre recoger una suma global de 878 millones de dólares o un montante algo superior en cuotas durante 30 años.
Todo ello, como decíamos al comienzo, sin barajar esa temible posibilidad de un extravío…