Esas labores previas las realizan los Agentes de Asistencia en Tierra a Aeronaves, una figura de la que habla con claridad el Reglamento Aeronáutico Dominicano 24 (RAD 24), que establece punto por punto cómo realizar cada actividad y cómo agotar cada paso, de tal manera que la aeronave esté en óptimas condiciones para volar, y para que -en adición a eso- las azafatas o personal de servicio interno puedan responder a las diversas exigencias y necesidades de los pasajeros, ofreciéndoles un vaso de agua, un plato de comida o cualquier otra cosa contemplada para ellos.
Los servicios que ofrecen las empresas de asistencia en tierra a las aeronaves son: Servicio de plataforma de las operaciones de las aeronaves, asistencia de combustible, servicio de asistencia de transporte en plataforma (autobús que trasporta a los pasajeros desde las rampas hasta el espacio que conduce a aduanas o migración dentro del aeropuerto, cuándo estos no tienen el denominado “gusano” que permite desmontarse directamente desde el avión), asistencia de comisariato, servicio de cabina, servicio de limpieza exterior de la aeronave y servicio de almacenamiento y correo. Pero además, en atención a cualquier necesidad o conveniencia, la administración de cada aeropuerto podrá recomendar nuevos servicios, así como la ampliación o la eliminación de uno existente, debidamente justificado y documentado.
El servicio en plataforma de las operaciones de las aeronaves incluye la guía de posición de estacionamiento, remolque de los aviones, servicio de aguas potables y residuales, proceso de carga y descarga de las aeronaves, suministro de aire acondicionado, arranque de motores, retroempuje, escalera de pasajeros y ascensores para sillas de ruedas. La asistencia de combustible incluye la carga y descarga de éstos en las aeronaves, facilidades de almacenamiento y prevención de derrames; la asistencia de comisariato comprende el aprovisionamiento de comida y bebida. Todo aquel que aspira prestar o que actualmente presta servicios de asistencia en tierra a aeronaves debe contar con un certificado del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) que lo acredite como tal y debe estar acompañado de las correspondientes especificaciones y limitaciones de operación.
Ese proceso consta de cinco fases, que son: Pre-solicitud, solicitud formal, evaluación, certificación, y demostración técnica. Todo operador de aeropuerto debe tener un manual de operación, que establezca procedimientos para la movilización de personas, vehículos y equipos en la plataforma, así como señalar las identificaciones y marcas que debe llevar todo vehículo que esté autorizado a transitar por la plataforma.
Cada vez que una aeronave llega a tierra hay que descargar los baños, colocarle agua potable y cargar el agua para el próximo vuelo. De eso se encargan las empresas que ha contratado la aerolínea para esas funciones. Cuando una aeronave llega a un destino si tiene, por ejemplo una escala, mientras el avión está estacionado no se le deja encendido el aire acondicionado con el sistema de la aeronave porque así gasta mucho combustible y es un sistema muy ruidoso. Lo que se hace es que las empresas que operan ese tipo de vuelos contratan a las compañías de asistencia en tierra para el suministro. Un equipo que posee una larga manguera se coloca en una de las partes de abajo del avión y eso lleva el aire al aparato. A menudo el pasajero desconoce que se hizo ese cambio y cree que ese aire acondicionado procede del sistema del avión. Ese y otros datos los ofreció a elCaribe Aris de León, encargado del Departamento de Apoyo a la Seguridad Operacional del IDAC, junto con añado de Aura Yocasta Cedeño, encargada de la División de Procedimientos de Rampa.
Cumpliendo estándares dispuestos por la OACI
El IDAC tiene a cargo el trabajo de vigilancia y control de la aviación civil, en coordinación y bajo los parámetros y estándares dispuestos por la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), de conformidad con el Convenio de Chicago.
El IDAC, como autoridad aeronáutica del Estado dominicano, cumple con la responsabilidad de asumir y ejecutar las normas y prácticas recomendadas por la OACI, fruto del compromiso asumido por la comunidad aeronáutica mundial. La aviación civil, desde sus inicios ha contribuido al desarrollo económico de los países, a la comunicación y el intercambio con otras naciones. El caso dominicano no es la excepción; República Dominicana como destino turístico no ha estado ajena al papel de la aviación civil.