“Para mí es asqueroso cuando un cerdo o una vaca son sacrificados. Mi sangre tiene los mismos nutrientes –hierro, vitaminas y minerales– que la sangre de cerdo que usualmente se usa en la morcilla, pero solo me hiere a mí, no a los animales”, escribió en un reportaje para el sitio Munchies.
La periodista relató cómo fue todo el proceso para cocinar esta comida y cuáles eran las reacciones de las personas a las que les contó su idea, pues muchos de ellos encontraron su invención repugnante.
Primero tuvo que asegurarse de tener todos los elementos quirúrgicos que necesitaba, como agujas, bolsas para recolección de sangre y tubos conectores, así que compró varios de estos artículos en internet.
Van der Zwan se asesoró con algunos doctores y vio varios tutoriales en internet para extraer su sangre, ya que ella misma haría todo el procedimiento, y obtuvo medio litro del líquido.
Para la morcilla, Gwen utilizó lentejas, puré de tomate, salsa de soya, hierbas y agregó su sangre, para luego meter un par de morcillas al horno de microondas.
Aunque muchas personas querían probar el experimento, la mujer solo pudo preparar dos piezas, por lo que se limitó a invitar a un amigo para degustar el peculiar alimento, del que dijo tenía buena textura y el nivel de picor era perfecto.