La fiesta empezó adentrándose en alta mar, música, alcohol, drogas y sexo trucándose con el insesperado hundimiento del yate, teniendo que saltar al agua a la vez que avisaban al 112 de lo que estaba sucediendo. El propietario de la embarcación ya ha sido denunciado por la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante denunciando éste a su vez a los irresponsables jóvenes.
“Joder macho, como dice el Paquirrín, una despedida sin putas es un cumpleaños, para qué cojones nos vamos a ir los 8 colegas con el barquito? Para ver delfines y darnos por el culo? Pues demasiado sabía el dueño del barco que ibamos a llenar el barquito de chochines”.