Todos los días un cartero camina hasta el árbol, asciende una escalera de madera de unos tres metros y deposita en un hueco las cartas que le envían al roble.
Los mensajes suelen venir de todas partes del mundo y muchos de ellos son de personas que buscan pareja.
El Der Bräutigamseiche (como se llama en alemán) podría considerarse como el antepasado del Tinder actual.
Hace casi 130 años que el árbol es utilizado por personas que buscan conectarse con otras.
La historia de este inusual sitio de citas comenzó en 1890 con un romance secreto.
La hija del guardabosques, llamada Minna, se enamoró de un joven local, Wilhem, que fabricaba chocolates.
El padre se oponía al noviazgo y prohibió que la pareja se viera. Entonces comenzaron un intercambio de cartas, que escondían en el agujero que había dejado una rama caída en un árbol a unos 100 metros de la la estación forestal.
La historia tuvo final feliz: después de un año, el padre de Minna dio su permiso para que los jóvenes contrajeran matrimonio y la ceremonia se realizó debajo de aquel roble el 2 de junio de 1891.
Eso selló el destino del árbol. A medida que empezó a correr la voz sobre este romance de ensueño, algunos alemanes con poca suerte en el amor empezaron a escribir cartas al roble.
Esta costumbre se tornó tan popular que en 1927 el correo postal de Alemania, el Deutsche Post, tomó la inusual medida de darle al robre su propia dirección postal.
Desde entonces, el Roble del Novio no ha dejado de recibir correo.
Karl-Heinz Martens, quien trabajó durante 20 años como el cartero de Eutin hasta que se retiró en 2004, estima que el árbol recibe unas 1.000 cartas al año.
“Cualquiera puede acercarse al árbol, leer una carta, devolverla. Venían de todas partes del mundo, de Estados Unidos, de China, de los países nórdicos”, le contó Martens a la BBC.
El excartero, de 72 años, le explicó al periodista Eliot Stein por qué el Roble del Novio sigue conservando su magia en un mundo repleto de sitios de citas online.
“En internet las personas son emparejadas sobre la base de datos y preguntas, pero en el árbol es una bella coincidencia, como el destino”.
Éxito
Martens sabe de lo que habla: él mismo conoció a su mujer, Renate, gracias al árbol.
Fue en 1989, cuando un programa de televisión alemán hizo una nota sobre el famoso roble y lo entrevistó.
ELIOT STEINKarl-Heinz Martens fue el cartero que más tiempo trabajó llevando correo al árbol y gracias al roble conoció a su esposa hace 24 años.
Renate vio el programa y le gustó lo que vio. Un buen día el cartero estaba haciendo su habitual entrega en el Roble del Novio y notó un mensaje que estaba dirigido a él.
Decía: “Me gustaría conocerte. Eres mi tipo. Yo también estoy soltera en este momento”.
Martens la llamó (¡reconoce que era demasiado vago como para escribirle!) y en 1994 se terminaron casando. ¿Dónde? Por supuesto que debajo del famoso árbol que los unió.
24 años más tarde siguen casados y él conserva la carta con la que comenzó todo.
Martens sabe de al menos nueve matrimonios más que ocurrieron gracias al Roble del Novio durante sus dos décadas de servicio.
Y en total se dice que el árbol habría juntado a más de 100 parejas desde que Minna y Wilhem dieron pie a la leyenda.
ELIOT STEINEl árbol ha recibido cartas de todas partes del mundo, pero algunas de las historias más conmovedoras ocurrieron dentro de la Alemania dividida.
Alemania dividida
Algunas de las historias de amor más emocionantes ocurrieron dentro de la misma Alemania, tras su división después de la Segunda Guerra Mundial.
Como el caso de los Christiansen, en 1988. Ella, Claudia, vivía en Alemania Oriental y tenía 19 años. Le escribió al árbol buscando un amigo por correspondencia. Él, Friedrich, un granjero de Alemania Occidental, halló la carta y le respondió.
Se terminaron escribiendo decenas de cartas a lo largo de dos años, de un lado al otro de la frontera.
Recién pudieron conocerse cuando cayó el muro, y contrajeron matrimonio poco tiempo después, en mayo de 1990.
Martens cuenta que las cartas que llegaban de Alemania Oriental no siempre tenían motivaciones románticas.
ELIOT STEINMuchos escribían cartas para encontrar pareja pero también hay quienes simplemente querían saber lo que ocurría en otras partes.
“Antes de la unificación, la gente de Alemania Oriental que no tenía contactos en el lado Occidental escribía cartas al árbol preguntando qué tipos de autos usábamos y qué música escuchábamos”, recuerda.
“Quise responderles, pero mi jefe me recomendó que no lo hiciera”, cuenta.
Futuro
Durante los 20 años que trabajó Martens —el cartero que más tiempo estuvo en el cargo— hubo solo 10 días en los que no hubo alguna correspondencia para el Roble del Novio.
Sin embargo, tanta acción y el paso de los años han tenido su costo.
“Cuando comencé a venir aquí el árbol era más fuerte y saludable”, contó Martens señalando una serie de cables que aseguran las ramas del roble.
Los cables debieron colocarse hace unos años luego de que especialistas detectaran una infección de hongos que los llevó a cortar varias de las extremidades para evitar que se extendiera.
ELIOT STEINEl sobre violeta con la carta de Denies… ¿le responderá Jens?
Pero a pesar de estar más débil, el encanto del roble sigue intacto.
Muchos lo siguen visitando y cumplen con la única regla que existe: si abres una carta y no la quieres responder, debes volver a colocarla en el árbol para que otro la encuentre
Como la carta de Denies, de Bavaria, que el periodista Stein halló cuando visitó el árbol.
Allí cuenta que tiene 55 años, no tiene miedo de reírse de sí misma y ama la naturaleza. Sabe lo que quiere, no le importa estar sola, pero se pregunta si hay un hombre que la pueda sorprender.
Quizás ese hombre sea Jens, un viudo de 53 años y 1,75 de altura, que vive en Ostholstein, en el norte del país, y que discretamente se llevó el sobre violeta que contiene la carta de Denies tras visitar el famoso Roble del Novio.