El hombre de 62 años, y cuya identidad no ha transcendido, mató al animal porque ladraba demasiado. Según su confesión, el perro ladraba tanto que le tiró una piedra para callarlo, con la mala suerte de que le golpeó en la cabeza, y el can, un Corgi Galés, de dos años, se desvaneció.
"Después de que el perro se desmayara, lo estranguló, y lo cocinó." Declaró uno de los investigadores, tal y como recoge "The Guardian" ."Posteriormente, el hombre invitó a sus vecinos cenar, incluido al dueño del perro", prosiguió.
Cuando la mascota desapareció, los dueños pegaron carteles y fueron casa por casa preguntando a los vecinos.
"Habíamos estado por toda la ciudad, repartiendo folletos que contenían la foto del perro, nuestro número de teléfono y una recompensa de un millón de wones (casi 1.000 euros)", relató la hija.
"Cuando llegué a casa del vecino, que está a sólo tres puertas de la nuestra, expresó su simpatía, y nos prometió que nos avisaría si veía al perro".
En ese momento, el granjero sabía que el animal estaba escondido, vivo o muerto, en su establo, aseguró la joven.
Al día siguiente, el sospechoso, visitó a sus vecinos y les consoló invitándoles a cenar. "Mi padre no aceptó la invitación ya que no es carnívoro", dijo.
Fue un vecino, testigo de los hechos quien informó a la familia de las verdaderas intenciones de su vecino.