Pero un par de compañías que trabajan en la solución de ese problema creen que el modelo que crearon para imprimir rápidamente casas en 3D puede brindarles no sólo un techo a quienes lo necesitan, sino un gran lugar para vivir.
Hice un recorrido por una casa de muestra cuando estaba en el festival de tecnología South by Southwest en Austin, la semana pasada.
Es una prueba de concepto construida por Icon, una empresa de construcción, y New Story, una organización sin ánimo de lucro que construye viviendas en el mundo en desarrollo.
La casa de 35 metros cuadrados requirió unos US$10,000 de concreto, y se construyó en 48 horas.
El objetivo final es construir una versión de 60 metros cuadrados y reducir significativamente el costo utilizando una combinación de economía de escala -comprando concreto a granel- y mejoras en la máquina de impresión de 3D. Y que construirla tome entre 12 y 24 horas.
A fines de este año el proyecto viajará a El Salvador para construir casas de prueba, con el objetivo de comenzar a trabajar en una comunidad de 100 viviendas en 2019.
“Si funciona esto literalmente cambiará la forma como se crean albergues”, dice Brett Hagler, presidente ejecutivo y cofundador de New Story.
“Es irresponsable que no tratemos de hacerlo”, afirma.
Manguera para producir casas
Igual que la impresión de 3D de pequeña escala, el sistema funciona agregando material, capa por capa. En este caso el material es mortero, similar al concreto.
El alto y ancho de la casa está limitado por el tamaño de un enorme marco metal que opera autónomamente cuando se le dan instrucciones.
“Podemos imprimir hasta 3,35 metros con esta máquina”, explica Alex Le Roux, presidente ejecutivo de Icon.
“Este funciona sobre rieles, como un tren. Puedes construir muchas muchas casas de pared a pared o crear una sola casa muy larga”.
El robot sigue los planos creados utilizando un software de diseño CAD típico. Esto significa que los propietarios pueden crear sus propios diseños o elegir uno de una base de posibles configuraciones.
Cuando entré a la casa me encontré con una estructura pequeña pero competente. Ciertamente no era una choza, sino una edificación que parecía soportar el clima extremo y el desgaste por uso.
Durante mi visita, estaba comenzando el trabajo en el interior. Un pequeño ejército de trabajadores de construcción laboraban ruidosamente en un techo de madera, ventanas y otros detalles.
Durante las horas siguientes la casa quedaría terminada, amueblada y adaptada con plomería y electricidad.
La estética del concreto todavía era visible, lo cual, dependiendo del gusto personal, se siente frío y brutal o elegantemente minimalista.
Yo me inclino por esto último. Esta es una casa que puede ser atractiva para quienes viven en ciudades sobrepobladas con rentas costosas alrededor del mundo.
“Respeto y dignidad”
Pero la atención por ahora está centrada en los más necesitados.
El proyecto de El Salvador tiene como objetivo que Icon y New Story construyan 100 casasfinanciadas en su mayoría por donantes basados en Silicon Valley.
Las casas, sin embargo, no serán un donativo.
“Las familias acordaron una hipoteca sin intereses y sin fines de lucro que pagarán en 10 años”, explica Hagler.
Esto implica un pago de unos US$30 al mes. Según el ministerio de Economía del país, el salario mensual promedio en las zonas rurales de El Salvador es de unos US$360.
“Ese dinero no regresa a nosotros”, agrega. “Queda depositado en un fondo comunitario“.
El fondo está destinado a pagar por más casas en el futuro o al mantenimiento de las estructuras existentes. Hagler afirma que el modelo de hipoteca creará “respeto y dignidad” dentro de la comunidad.
“Para encontrar empleos”
El modelo también podría tener un impacto en el mercado laboral para los trabajadores de la construcción en el país, dice Halger, pero argumenta que se debe tener una visión más amplia.
“Lo que hemos visto en el pasado es que entre más rápido puedas llevar a tu familia a un albergue seguro, más rápido serás capaz de obtener un ingreso. O un micropréstamo para comenzar un negocio”.
“Llevar a las familias a sus hogares es en realidad una forma más inteligente de encontrar empleos“.