El martirio de Sheridan Larkman, residente de Trafalgar, inició a los 8 años cuando sus senos empezaron a crecerle. A los 10, era talla DD; y, actualmente, a sus 23, es tamaño K.

Debido a lo desproporcionado de su pecho, la madre de dos niñas no puede disfrutar de pasatiempos tan básicos como correr.

“La gente a menudo me miraba boquiabierta en la calle y los hombres gritaban comentarios groseros. Comprar ropa fue una pesadilla. Si comprara una talla 10 para que se ajuste a mi cintura, mis senos se derramarían sobre la parte superior “, dijo la mujer al Daily Mail.

Además, la situación le ha provocado erupciones y granos debajo de los pechos.

Pero la pesadilla peor la vivió los 18 años cuando quedó embarazada por primera vez.

“Un día estaba recogiendo algo del suelo cuando hubo un estallido. ¡Un tirante se había desprendido de mi sujetador por el peso de mis pechos! Traté de coserlo, pero se partió de nuevo. El tirante se clavó en mi carne, y usar el tamaño incorrecto significaba que no tenía el soporte adecuado. Odiaba vivir así”, relató.

Luego de tantos malos ratos decidió iniciar una campaña en GoFundMe para recolectar fondos para costear una cirugía de reducción de senos.

La mujer necesita unos $10,000 dólares para la operación.