La doctora Talia Shepherd, una de las médicas a cargo del caso, dice que la mujer de 30 años fue a la sala de urgencias del Hospital Sir Charles Gairdner, en el oeste de Australia, quejándose de calambres y de dolor abdominal severo. La situación fue reportada en un estudio publicado este lunes en la revista médica BMJ Case Reports.
Inicialmente, los doctores pensaron que el dolor de la mujer estaba relacionado con su vesícula, y la paciente fue dada de alta cuando se alivió el dolor. Pero dos días después regresó a urgencias, quejándose otra vez de una dolor extremo.
Solo cuando Shepherd y otros médicos le hicieron una tomografía computarizada descubrieron un objeto que había perforado varios lugares del intestino delgado de la mujer. El intestino delgado, ubicado entre el estómago y el intestino grueso, es el responsable de absorber los nutrientes y de permitir que la comida que no se absorbe pase al intestino grueso.
“Al ver los resultados de la tomografía pensamos primero que se trataba de espinas de pescado, porque es algo que se encuentra comúnmente en el estómago, pero la paciente no recordaba haberse tragado nada”, dice Shepherd.
Como el intestino estaba perforado en muchos puntos, se había enrollado alrededor de sí mismo y había causado una condición conocida como vólvulo, que junto con el extremo dolor que sentía la paciente, obligaron a los doctores a realizarle una cirugía de urgencia.
Aunque la mujer no usaba aparatos de ortodoncia desde hacía 10 años, tras la cirugía, los médicos encontraron que lo que había perforado su intestino era un alambre dental de 7 centímetros, que se cree pertenecía a su aparato de ortodoncia.
“Creo que tal vez estuvo en su estómago todo este tiempo y solo cuando perforó el intestino delgado, ella comenzó a sentir dolor”, dijo Shepherd.
“La posibilidad de que te tragues un alambre de tu aparato dental es muy baja”, explica. “Hay una alta probabilidad de que suceda si estás sedado y estás siendo sometido a un procedimiento odontológico. Pero es un caso muy raro”.
Las cosas raras que se traga la gente
Un alambre dental no es la única cosa rara que ha sido encontrada en los cuerpos de algunas personas, después de habérsela tragado.
Estudios de caso publicados en los últimos años reportan que entre los objetos, tragados tanto de manera intencional como accidental, hay un cepillo de dientes, un encendedor, una bombilla LED y una prótesis dental.
Un reporte detalla el caso de una mujer a la que le extrajeron una pluma de tinta de su estómago, 25 años después de que se la tragó. Lo increíble es que la pluma todavía funcionaba.
Y el año pasado, un hombre se tragó intencionalmente 110 cápsulas de cocaína, en un intento por contrabandear la droga en varios países. El problema es que parte de la cocaína pasó a través de su sistema, pero el resto tuvieron que sacársela en el hospital.
De todas maneras, un estudio reciente asegura que los objetos que la gente se traga con mayor frecuencia son los huesos de pollo y las espinas de pescado.
¿Y qué pasa con el chicle?
Si objetos extraños pueden sobrevivir en nuestro interior por largos periodos de tiempo, ¿qué pasa con la vieja superstición de que el chicle o goma de mascar puede durar siete años en nuestro estómago?
La doctora Patricia Raymond, gastroenteróloga y profesora asistente de Medicina Clínica Interna en la Escuela de Medicina de Virginia Oriental, dice que ese mito es completamente falso.
“El chicle no pasa tanto tiempo en nuestro estómago. Una bolita de chicle es lo suficientemente pequeña como para pasar del estómago al intestino delgado”, dice Raymond. “De ahí, viaja ‘aguas abajo’ hasta salir por la parte inferior”.
“El tiempo que dura el chicle es casi el mismo tiempo que dura el maíz”, explica. “Cuando la gente me pregunta por el promedio de tiempo de tránsito en su tracto gastrointestinal, le digo que coma maíz dulce y luego busque maíz dulce. Más o menos el mismo tiempo durará el chicle en ser digerido”.