Sam Kanizay, un joven australiano de 16 años, nadaba en el mar cuando de pronto sintió algo raro. Fue atacado por miles de estas criaturas de mar del tamaño de una pulga. Le arrancaron la piel de las manos y de los pies.
Cuando el joven llegó al hospital, los médicos no podían explicar lo que había pasado. Fue entonces cuando su padre decidió volver a la playa para averiguar lo que había sucedido. Tiró al mar un trozo de carne envuelto en una red. Al poco rato los piojos se lanzaron a devorarla.
La experta en invertebrados marinos de la Universidad de New South Wales, Alistair Poore, aseguró que nunca vio un caso similar. Afirma que los mordiscos deben haber sido causados por un invertebrado marino conocido como "piojos de mar".
Finalmente, el joven fue atendido en el hospital y se recuperó al día siguiente de todas las heridas.