Brady Feigl, de 32 años, que es jugador de los Long Island Ducks, parece casi idéntico al otro Brady Feigl, de 27 años, que juega para los Aviators de Las Vegas. La pareja mide 6 pies, cuatro pulgadas de alto, tiene el pelo rojo ardiente y usan lentes.

En 2015, los jugadores fueron confundidos por primera vez entre sí cuando ambos se sometieron exactamente a la misma cirugía de codo realizada por el mismo médico, llamado Dr. James Andrews.

«Probablemente estaba a seis o siete meses de la cirugía y su oficina llamó a nuestro entrenador y dijo: ‘Oye, ¿cuándo se presenta Brady para la cirugía? ¿Va a venir aquí mañana? «le dijo el joven Feigl a The Clarion Ledger en ese momento.

Feigl descubrió posteriormente que tenía un parecido serio.

«Él estaba como, «Lo tenía hace seis meses. ¿De qué estás hablando? Feigl explicó. «Así es como descubrí que somos dos».

Unos años más tarde, en 2017, el dúo cayó en otra crisis de identidad, después de que el equipo de béisbol de la Universidad de Mississippi etiquetara al Feigl equivocado en Twitter en un homenaje de cumpleaños, donde el jugador de Las Vegas estaba firmado en ese momento.

«Equivocado Brady Feigl», respondió el exjugador de los Padres de San Diego. «Podría estar buscando a @bfeigl39…»

Curiosamente, estos dos no se separaron al nacer: la prueba de ADN no mostró ninguna conexión biológica. Sin embargo, a pesar de su diferencia de edad, los Feigls todavía se sienten unidos entre sí.

«Seguimos siendo hermanos de alguna manera», dijo el mayor Feigl.

Los Feigls pueden no ser los únicos dos que son dos extraños idénticos: un estudio de agosto de 2022 de 32 pares de Cell Reports, encontró que las personas que se parecen pero no están relacionadas comparten similitudes genéticas.

En el estudio, los investigadores pidieron a los dobles que hicieran una prueba de ADN y llenaran un cuestionario sobre sus vidas, según CNN. Los científicos que realizan el trabajo también ponen las imágenes de los jugadores a través de tres programas diferentes de reconocimiento facial.

«La genética los agrupa, y el resto los distingue», dijo el autor principal Manel Esteller del Instituto de Investigación de la Leucemia Josep Carreras en Barcelona, España, en un comunicado.